El avance de la robótica: Protoclone y su sistema muscular artificial.
Clone Robotics quiere revolucionar la robótica humanoide con Protoclone V1, un androide avanzado con músculos, sensores y sudoración.
En un laboratorio de California, muy pronto, un robot está sudando. No es una metáfora, ni un error de programación. Es un mecanismo deliberado, diseñado para imitar uno de los procesos más humanos que existen: la regulación térmica a través del sudor. Lo más sorprendente no es esto, sino que se mueve a través de músculos artificiales inspirados en los nuestros. Este robot, llamado Protoclone V1, es la creación más reciente de Clone Robotics, una empresa que parece decidida a borrar la línea entre lo biológico y lo artificial. El 19 de febrero, la compañía estadounidense Clone Robotics dio a conocer en sus oficinas de California los avances de su androide, que busca posicionarse como el más avanzado del mundo. Durante la demostración, presentaron a Protoclone y mostraron sus movimientos básicos, lo que permitió una mejor apreciación de su movilidad. El video que registra al androide suspendido mientras sus músculos se mueven se ha vuelto rápidamente viral y causa sentimientos encontrados, por decir lo menos. En cualquier caso, el desarrollo de Protoclone busca reclamar el estatus de “salto cualitativo” en la ingeniería robótica. Es que no solo se enfoca en la estética o la imitación superficial del cuerpo humano, sino que va más allá para recrear la biomecánica que define nuestra movilidad. Con 1,000 músculos artificiales que le permiten moverse con una fluidez inquietante, el Protoclone V1 no es solo otro robot humanoide. Es un experimento ambicioso que combina ingeniería de vanguardia, materiales avanzados y muchísima inspiración biológica. ¿Qué significa este avance para el futuro de la robótica? Y, más importante aún, ¿qué nos dice sobre nuestra obsesión por replicar la humanidad en máquinas? Sudor y músculos en el Protoclone V1 Uno de los aspectos más innovadores de Protoclone es su sistema de refrigeración, inspirado en la fisiología humana. Durante actividades físicas intensas, el robot libera un líquido refrigerante a través de pequeños poros en su superficie. Este líquido se evapora, enfriando el sistema interno del robot de manera eficiente. Es un mecanismo ingenioso, inspirado en la biología humana, pero adaptado a las necesidades de una máquina. Los músculos artificiales del Protoclone V1 no son como los motores rígidos y metálicos que impulsan a la mayoría de los robots. Están hechos de materiales flexibles que se expanden y contraen, imitando el comportamiento de los tejidos musculares humanos. Estos músculos, alimentados por sistemas neumáticos, permiten que el robot realice movimientos sutiles y complejos. La idea de músculos artificiales no es nueva, pero la escala y la eficiencia del Protoclone V1 son lo que lo distinguen. Con 1,000 de estos músculos trabajando en conjunto, el robot puede realizar tareas que antes eran imposibles para máquinas de su tipo. Esta tecnología no solo mejora la movilidad, sino que también reduce el consumo de energía, un factor crítico en el diseño de robots autónomos. En la página web de Clone Robotics es posible leer la información relacionada con Clone, el que pretende ser la versión definitiva de lo adelantado por Protoclone V1. El sistema vascular del Clone sería uno de los más avanzados en robótica. Usa una bomba eléctrica de 500 vatios, compacta como un corazón humano, capaz de suministrar presión hidráulica a todo el sistema muscular. Además, el sistema nervioso del Clone estaría diseñado para un control neural instantáneo de sus músculos, basado en retroalimentación proprioceptiva y visual. Para ello, cuenta con 4 cámaras de profundidad en el cráneo, 70 sensores inerciales que detectan ángulos y velocidades de las articulaciones, y 320 sensores de presión para monitorear la fuerza muscular. Además, sus microcontroladores de alta velocidad estarán distribuidos en la columna vertebral y se conectan a un procesador NVIDIA Jetson Thor, que ejecuta el modelo de control Cybernet. En cuanto a su estructura ósea, el Clone replicaría los 206 huesos del cuerpo humano, con un diseño de articulaciones completamente funcional y el uso de ligamentos y tejidos conectivos artificiales. Robots al hogar Aunque Protoclone es aún un prototipo en fase de prueba, Clone Robotics ya ha anunciado que planea lanzar una versión comercial en 2025. Esta edición limitada, denominada "Clone α" (Clone Alpha), estará diseñada para tareas cotidianas como lavar la ropa, preparar comidas básicas y aspirar alfombras. El objetivo de la compañía es desarrollar androides que no solo sean utilizados en entornos industriales o laboratorios de investigación, sino que también puedan integrarse en la vida diaria de las personas, aliviando la carga de tareas domésticas. En este sentido, Clone Robotics busca diferenciarse de otras iniciativas en robótica humanoide, como los proyectos de Tesla y Boston Dynamics, enfocándose en la funcionalidad práctica para el hogar. Con sedes en Polonia y Estados Unidos, Clone Robotics ha consolidado su reputación como una de las empresas más innovadoras en el campo de la robótica. Su enfoque en la biomecánica humana ha sido clave para el desarrollo de "Protoclone". Según Dhanush Radhakrishna, cofundador de la empresa, este lanzamiento marca el inicio de una nueva era en la relación entre humanos y robots. El desarrollo de androides con capacidades avanzadas plantea un debate sobre el impacto que tendrán en la sociedad. Por un lado, podrían representar una solución para el envejecimiento de la población y la escasez de mano de obra en ciertos sectores. Sin embargo, también surgen cuestionamientos sobre el futuro del empleo y la ética en la convivencia con robots que imitan cada vez más al ser humano. La integración de sensores hápticos y sistemas de procesamiento de lenguaje podría hacer que estos robots sean capaces de entender y responder con más precisión.
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