Una audaz mujer en Constitución decidió prescindir de su tobillera electrónica, una evidencia de su pasado delictivo, para sumergirse de nuevo en el oscuro mundo del tráfico de drogas. Sin embargo, su acto de desafío no solo le costó la libertad, sino que también arrastró a otras dos mujeres con ella a la condena.

La mujer, cuyo nombre se mantiene en reserva por cuestiones legales, se encontraba en un programa de monitoreo electrónico como parte de una condena previa. Sin embargo, optó por deshacerse de este dispositivo y embarcarse en una operación de venta de drogas. Las autoridades pronto se dieron cuenta de su ausencia y se movilizaron para localizarla. En la operación de búsqueda, se descubrió su participación en el tráfico de drogas junto a dos mujeres más.

Las tres mujeres fueron finalmente arrestadas y condenadas por sus acciones. Este caso sirve como un ejemplo crudo de cómo la elección de volver a la vida delictiva puede resultar en graves consecuencias, no solo para el individuo en cuestión, sino también para aquellos que se involucran con ellos en estas actividades ilegales.